Cada loco con su bici
04.03.2007
El aventurero español Jesús García Juanes partió este domingo con destino a Finlandia, donde a partir del próximo martes intentará batir el récord de velocidad de travesía polar montado en una bicicleta, para llamar la atención sobre el cambio climático.
Antes de partir, García Juanes, un cunicultor de 45 años conocido por sus variopintas aventuras, relató a EFE que se enfrenta a la prueba "más dura" de todas las experiencias que ha vivido y que espera concluir antes del 21 de marzo.
Su objetivo es salir de Pori el martes y recorrer mil kilómetros pedaleando sobre superficies heladas con una bicicleta con rueda trasera de clavos y una plataforma de esquí en la rueda delantera para salvar las zonas de nieve.
Para batir el récord, que lo poseen dos españoles, tendrá que hacer una media superior a los 72,5 kilómetros diarios, para lo que tendrá que pedalear unas doce horas cada día.
No llevará tienda de campaña, pues no puede perder tiempo en su montaje y sería añadir demasiado peso a su mochila, con lo que soportará temperaturas de 15 a 20 grados bajo cero en el interior de un saco de dormir.
El desayuno y la cena, aspecto éste que le preocupa, también los tendrá que cocinar y consumir a la intemperie.
La aventura la afrontará en solitario, con un teléfono móvil como único medio de contacto, para la que lleva sólo dos baterías, sin posibilidad de recargarlas, por lo que sus comunicaciones se limitarán a enviar mensajes a algún periodista, y los mínimos contactos con la familia y su fisioterapeuta.
EFE
Antes de partir, García Juanes, un cunicultor de 45 años conocido por sus variopintas aventuras, relató a EFE que se enfrenta a la prueba "más dura" de todas las experiencias que ha vivido y que espera concluir antes del 21 de marzo.
Su objetivo es salir de Pori el martes y recorrer mil kilómetros pedaleando sobre superficies heladas con una bicicleta con rueda trasera de clavos y una plataforma de esquí en la rueda delantera para salvar las zonas de nieve.
Para batir el récord, que lo poseen dos españoles, tendrá que hacer una media superior a los 72,5 kilómetros diarios, para lo que tendrá que pedalear unas doce horas cada día.
No llevará tienda de campaña, pues no puede perder tiempo en su montaje y sería añadir demasiado peso a su mochila, con lo que soportará temperaturas de 15 a 20 grados bajo cero en el interior de un saco de dormir.
El desayuno y la cena, aspecto éste que le preocupa, también los tendrá que cocinar y consumir a la intemperie.
La aventura la afrontará en solitario, con un teléfono móvil como único medio de contacto, para la que lleva sólo dos baterías, sin posibilidad de recargarlas, por lo que sus comunicaciones se limitarán a enviar mensajes a algún periodista, y los mínimos contactos con la familia y su fisioterapeuta.
EFE
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